La Cámara de Diputados aprobó reformas a los artículos 4 y 5 de la Constitución Política que prohíben el uso y comercio de vapeadores, cigarrillos electrónicos, fentanilo y otras drogas sintéticas. Con 327 votos a favor y 118 en contra, la propuesta también sanciona toda actividad relacionada con estas sustancias, incluyendo su producción, distribución y venta. El proyecto, que ahora será discutido en el Senado, busca proteger la salud pública y abordar la crisis derivada del consumo de estas sustancias.
El debate en el recinto estuvo marcado por posturas encontradas. Por un lado, la diputada Danisa Flores, de Morena, destacó que el fentanilo representa una grave amenaza al tejido social y a la seguridad nacional, argumentando que su prohibición es clave para combatir el narcotráfico y fortalecer relaciones internacionales. En contraste, legisladores de oposición como Iraís Reyes, de Movimiento Ciudadano, y Paulina Rubio, del PAN, criticaron la medida. Reyes calificó la reforma como un ataque a las libertades individuales, mientras que Rubio la consideró una «simulación» que no aborda de manera efectiva los problemas de violencia y narcotráfico en México.
El dictamen establece que las actividades relacionadas con los dispositivos electrónicos de vapeo y las sustancias tóxicas quedarán prohibidas en todas sus formas, tanto en comercio nacional como internacional. Esta reforma surge en un contexto donde el consumo de fentanilo ha provocado una crisis de salud pública a nivel global, afectando especialmente a países como Estados Unidos y México. La decisión de los legisladores abre la puerta a una mayor regulación, pero también genera interrogantes sobre su implementación y efectividad a largo plazo.