La iniciativa de la psicóloga Mónica Ramos ha generado un fuerte impacto en la comunidad de Monterrey, especialmente en un momento en que la salud mental ha cobrado mayor relevancia. La profesional ha explicado que su motivación para salir a las calles surge de la creciente preocupación por el bienestar emocional de los ciudadanos, muchos de los cuales enfrentan situaciones de estrés, ansiedad y depresión que no siempre son atendidas a tiempo. «A veces, una pequeña conversación puede hacer la diferencia en el día de alguien», comentó Mónica en una entrevista reciente.
Además, la respuesta del público ha sido abrumadora, con personas que no solo agradecen su gesto en las redes, sino que también expresan la necesidad de mayor acceso a terapias y atención psicológica. Su acción ha provocado que otros profesionales de la salud mental consideren sumarse a iniciativas similares, con el objetivo de llegar a más personas que no cuentan con los medios para obtener ayuda. La psicóloga ha dejado claro que continuará ofreciendo este tipo de sesiones gratuitas y espera que su ejemplo inspire a otros a crear espacios de apoyo emocional en la comunidad.
La dedicación de Mónica Ramos no se limita solo a ofrecer sesiones de terapia en la calle, sino que también busca generar conciencia sobre la importancia de cuidar la salud mental en la vida cotidiana. En sus redes sociales, comparte consejos y reflexiones para que las personas puedan identificar señales de alerta en sí mismas o en otros. «No es necesario esperar a estar en una situación crítica para buscar ayuda. Todos podemos beneficiarnos de hablar con alguien, incluso por unos minutos», señala Mónica en uno de sus videos más recientes, que ha alcanzado miles de vistas.
Gracias a la viralización de su gesto en plataformas como TikTok, muchas personas han mostrado interés en colaborar con ella o donar recursos para que pueda seguir brindando este tipo de apoyo. Mónica ha mencionado que no busca recibir compensaciones económicas, pero está abierta a crear una red de psicólogos voluntarios que, como ella, estén dispuestos a ofrecer su tiempo y experiencia en espacios públicos. Con esta visión, espera seguir ayudando a quienes lo necesiten y fortalecer la cultura del cuidado emocional en Monterrey y más allá.