Más de diez días han pasado desde que un batallón de Fuerzas Especiales de la Marina arribó a Acapulco para fortalecer las labores de seguridad en la zona tras el devastador paso del huracán John. La misión principal de estos efectivos ha sido colaborar en operativos conjuntos con el Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal, mientras la mayoría de las fuerzas federales se concentran en asistir a la población afectada.
Durante este tiempo, las fuerzas especiales han tomado el mando de la seguridad en Acapulco, mientras continúan los trabajos de limpieza y rehabilitación de calles y viviendas inundadas. De acuerdo con una fuente oficial que prefirió mantener el anonimato, la prioridad del gobierno es asistir a las familias afectadas en todo el estado, incluidas más de 60 localidades que también resultaron impactadas por el huracán.
El operativo de seguridad de las Fuerzas Especiales está enmarcado dentro de los planes DN-III, Marina y GNA, los cuales se activan en casos de desastres naturales. La orden proviene directamente de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha subrayado la importancia de la «máxima coordinación interinstitucional» para garantizar tanto la seguridad como la asistencia a la población.
Mientras tanto, el refuerzo de seguridad en el puerto de Acapulco ha permitido también mitigar situaciones de violencia y robos en tiendas comerciales y transporte público. Las autoridades buscan evitar incidentes como saqueos, y en esta labor, los efectivos de la Marina juegan un rol clave.
Aunque las labores de apoyo continúan, en Acapulco se han registrado algunos incidentes de violencia en las últimas semanas, como ataques armados en sitios de taxis y otras zonas del puerto. Sin embargo, las autoridades están trabajando para restaurar la paz y mantener el orden en medio de esta compleja situación.