Griselda López, reconocida como la segunda esposa de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y madre de Ovidio y Joaquín Guzmán, ha captado la atención del público tras los recientes eventos relacionados con la detención de Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
Más allá de su conexión familiar con uno de los capos más conocidos de México, López tiene un papel relevante en el ámbito empresarial de Sinaloa.
Según el periodista Jorge Fernández Menéndez, Griselda López dirige una compañía clave en la región: JM Concretos, una distribuidora de cemento y otros materiales de construcción que abastece importantes obras públicas en Sinaloa. Su influencia no se limita al sector empresarial; también organiza eventos en una finca vinculada a su familia, lo que resalta su poder y conexiones.
Un episodio particular destaca su rol en la comunidad: en diciembre de 2022, poco antes de la detención de Ovidio Guzmán, López donó tres grandes carpas para un evento en Jesús María, al cual asistieron varios funcionarios, incluido el gobernador Rubén Rocha. Después del evento, organizó una comida en su finca, donde días después Ovidio fue capturado.
Las investigaciones recientes sugieren que la traición al ‘Mayo’ ha expuesto la red de nexos comerciales y políticos entre el Cártel de Sinaloa y figuras del gobierno estatal. En este contexto, las conexiones de Griselda López y su empresa se vuelven aún más significativas, alimentando especulaciones sobre su influencia en el estado.
Este caso pone de manifiesto cómo las relaciones entre el crimen organizado y el sector empresarial pueden extenderse a las esferas gubernamentales, creando un complejo entramado de poder en la región.