Es hermoso cuando encontramos al amor de nuestra vida, sencillamente es una experiencia única compartir tu vida con alguien a quien amas con mucha intensidad. Así era la vida de Magdalena Álvarez junto a su esposo Julio Neira y aunque planeaban pasar toda sus existencia juntos, la vida no lo permitió, pues Julio perdió la vida después de que una moto lo embistiera y se golpeara fuertemente contra el pavimento, esto lo dejó 20 días luchando por su vida en el hospital hasta que simplemente un día ya no pudo más. A cinco años de su partida, Magdalena hizo algo para honrarlo para siempre, tal y como el amor que le tiene a su difunto esposo.
Magdalena y Julio se conocieron por medio del hermano de Magdalena, en Buenos Aires y fue amor a primera vista. Julio trabajaba en una confitería y en una fábrica de lana, Magdalena se dedicó al hogar y cuando Julio se jubiló comenzaron a hacer un montón de actividades juntos, se divertían a lo grande en todo momento, pues el amor que se tenían era enorme.
Cuando Julio partió, Magdalena quedó destrozada y pensó en una manera para honrar a su amado esposo. Acudió junto a su nieta a un estudio de tatuajes y decidió ponerse en la piel al eterno amor de su vida. Su nieta fue la que tomó las fotografías y las subió a sus redes sociales sin esperar que se volviera viral.
Su nieta cuenta que a su abuela nunca le gustaron los tatuajes, pero su abuela quería llevarlo con ella siempre, así que primero se tatuó su nombre, pero después no le pareció suficiente, así que se tatuó la cara de su amado esposo.
Es increíble lo que el amor nos conduce a hacer. No hay duda de que el amor verdadero existe y Magdalena y Julio son un ejemplo de ello.