No es una metáfora, ni una leyenda sobre reyes.
La sangre azul es real… y pertenece al cangrejo herradura, una criatura que ha existido desde antes de los dinosaurios. Su sangre no es roja como la humana, es azul brillante debido al cobre que contiene en lugar de hierro.
Pero lo más impresionante no es su color, sino lo que puede hacer:
detecta toxinas bacterianas con una precisión asombrosa.
Gracias a esta propiedad única, su sangre se utiliza en la medicina moderna para probar si las vacunas, jeringas, prótesis e implantes están libres de contaminación.
Sin esta sangre, la seguridad de millones de procedimientos médicos no sería posible.
Por eso, un solo litro puede costar más de 15 mil dólares.
Los cangrejos son capturados, se les extrae parte de su sangre de forma controlada y, en la mayoría de los casos, se devuelven al mar.
Es una de las sustancias más valiosas del mundo… y no viene de un laboratorio, sino de un animal milenario que aún camina por nuestras costas.
Una muestra más de que la naturaleza sigue siendo la tecnología más avanzada del planeta.