Jue. Jul 17th, 2025
¿Sabías que durante una cesárea le cortan a la mujer siete capas de su cuerpo?
Piel, grasa, músculos, membranas, el útero… Todo.
Y lo más impactante: ella permanece despierta.
Pero lo peor viene después.
Despiertas con un ardor que atraviesa el abdomen.
Cada movimiento se siente como una puñalada.
Intentas caminar y el dolor te dobla.
No puedes cargar a tu bebé porque el dolor es insoportable.
El más mínimo esfuerzo puede abrir los puntos.
Bañarse es un reto.
Ir al baño es una tortura.
Y aun así, aunque el dolor la queme por dentro, ella tiene que dar pecho, sonreír y seguir adelante.
La cesárea no es una salida fácil.
Es una herida profunda que marca el cuerpo… y también el alma.
Y aun con todo ese sufrimiento, ella lo haría mil veces más.
Porque ser madre es entregarse por completo, incluso cuando nadie entiende lo que duele.
Si supieras todo lo que ella soportó en silencio, la abrazarías más fuerte.
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